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Somos especialistas en visión infantil

La visión es una parte crucial del desarrollo y aprendizaje en los niños. Por ello, en Centro Óptico Ana Blanco, ofrecemos servicios especializados de optometría pediátrica para asegurar el cuidado visual óptimo de tus pequeños.

Servicios de optometría
pediátrica que ofrecemos

En Centro Óptico Ana Blanco, la salud visual de tus hijos es nuestra prioridad

En nuestro centro contamos con optometristas pediátricas altamente cualificadas y equipadas con la tecnología más avanzada para proporcionar una amplia gama de servicios:

¿Por qué es importante la Optometría Pediátrica?

La visión es fundamental para el desarrollo motor y social del niño y para su aprendizaje.

Por ello, la optometría pediátrica no solo se enfoca en determinar si un niño necesita gafas o no. Realizamos pruebas para evaluar si el desarrollo visual se está produciendo con normalidad, para valorar la capacidad de enfoque, los movimientos oculares, la visión 3D y/o la coordinación ojo-mano, aspectos fundamentales para un desarrollo sin dificultades.

Muchos problemas visuales no se detectan fácilmente sin una evaluación profesional, ya que los niños no siempre saben que ven mal o no saben cómo expresarlo.

Cómo prevenir problemas visuales en niños

La detección temprana es fundamental para la salud visual infantil, por ello, recomendamos revisiones visuales periódicas.

También es importante estar atentos a comportamientos o gestos que puedan hacer vuestros pequeños, como entrecerrar los ojos, acercarse en exceso al libro y/o pantallas o quejarse de dolores de cabeza al salir del cole o final del día, ya que pueden indicar dificultades visuales.

Preguntas frecuentes sobre la evaluación pediátrica

En esta sección puedes encontrar algunas de las preguntas que nos hacéis a veces por redes sociales y por correo electrónico.

La optometría pediátrica es una rama especializada de la optometría enfocada en el examen, diagnóstico, cuidado, tratamiento y manejo de las condiciones visuales y problemas de visión en niños. Esta especialidad considera las diferentes etapas de desarrollo visual que ocurren desde la recién nacidos hasta la adolescencia.

Los optometristas pediátricos realizamos evaluaciones adaptadas a la edad del niño para detectar cualquier problema visual que pueda afectar su aprendizaje, desarrollo y calidad de vida. Estas evaluaciones incluyen pruebas de agudeza visual, examen de la salud ocular para detectar enfermedades y poder derivar al especialista, así como la evaluación de habilidades visuales como la coordinación ojo-mano, la percepción de profundidad y la visión binocular.

Además de realizar exámenes visuales y prescribir correcciones ópticas como gafas o lentes de contacto, los optometristas pediátricos pueden prescribir terapia visual para tratar condiciones como el ojo vago (ambliopía), el estrabismo, problemas de enfoque y/o de motilidad ocular, entre otros, con el objetivo de mejorar las habilidades visuales necesarias para actividades cotidianas y académicas.

Adaptamos nuestras revisiones visuales a la edad del paciente, de forma que no neceistamos interpretación subjetiva de los resultados obtenidos. En los bebés, el objetivo del examen visual es valorar el correcto desarrollo del sistema visual desde recién nacidos y así poder prevenir problemas futuros. Para ello, realizamos pruebas objetivas con técnicas no verbales para valorar:

  • El reflejo pupilar
  • La fijación visual
  • Coordinacion de ambos ojos
  • Seguimiento visual
  • Presencia de un estrabismo
  • Refracción (si la hay)
  • Salud ocular general

Nuestros exámenes visuales infantiles están diseñados para ser procesos completos y adaptados a la edad del niño, asegurando una experiencia divertida.

Antes de la revisión, enviamos un cuestionario para la recopilación de su historia clínica con datos sobre el desarrollo general y visual del peque, y posibles síntomas y/o signos de nuestro interés. Ya en el gabinete, evaluamos la visión en 3D, los movimientos coulares, la capacidad de enfoque y convergencia, la agudeza visual usando tablas con letras, números o símbolos, adecuadas a su capacidad de respuesta.

Nosotras empleamos técnicas objetivas específicas, como la retinoscopia, para determinar la graduación de nuestros pacientes sin necesidad de respuestas verbales. Además, examinamos la salud ocular general con equipos específicos.

Los exámenes se realizan de manera interactiva, utilizando juegos y elementos visuales atractivos, para hacer este proceso lo más atractivo y divertido posible y así obtener evaluaciones precisas de la visión y la salud ocular general del niño.

Llevar a un niño a la optometrista es importante para asegurar el correcto desarrollo de su visión y detectar a tiempo cualquier problema visual que pueda afectar su aprendizaje y calidad de vida. Se recomienda realizar la primera revisión visual en niños alrededor de los 6 meses de edad, seguida de otra evaluación a los 3 años y una más antes de comenzar la escuela, alrededor de los 5 o 6 años. Estas visitas iniciales son cruciales para detectar problemas como una graduación alta sin prescribir, el estrabismo o el ojo vago (ambliopía), que son más fáciles de corregir si se tratan tempranamente.

Después de estas evaluaciones iniciales, se recomienda que los niños realicen exámenes visuales regulares cada 1-2 años, o con mayor frecuencia si se recomienda por la optometrista. Además, hay algunas señales que indican la necesidad de llevar al niño al optometrista fuera de estas revisiones rutinarias:

  • Dificultad para ver de cerca o de lejos.
  • Entrecerrar los ojos, frotarse los ojos frecuentemente, o mostrar sensibilidad a la luz.
  • Cubrirse un ojo para ver mejor.
  • Quejas de dolores de cabeza o fatiga visual después de leer o usar dispositivos electrónicos.
  • Evitar actividades que requieran visión de cerca, como leer o tareas manuales.
  • Dificultades para leer con fluidez.

Si un niño muestra cualquiera de estos signos o si hay una historia familiar de problemas visuales, es importante programar una visita con una optometrista para una evaluación completa. Un examen visual puede identificar problemas que, si no se tratan, podrían impactar negativamente en el rendimiento escolar y en actividades cotidianas.

Saber si un niño necesita gafas implica estar atento a ciertas señales y comportamientos que pueden indicar problemas de visión. A continuación, te detallamos algunos indicios comunes que sugieren que un niño podría necesitar corrección:

  1. Entrecerrar los ojos: Si entrecierra los ojos frecuentemente, puede ser una señal de que está tratando de enfocar mejor y que podría necesitar corrección visual.

    2. Sentarse muy cerca de la televisión o la pantalla: Si prefieren sentarse más cerca de lo normal para ver la televisión o al usar dispositivos electrónicos, puede indicar miopía.

    3. Frotarse los ojos constantemente: El frotamiento frecuente de los ojos puede ser un signo de fatiga ocular o de esfuerzo por ver claramente.

    4. Dolores de cabeza recurrentes: especialmente después de leer o usar pantallas, pueden ser síntoma de fatiga visual debido a problemas de visión no corregidos.

    5. Rendimiento académico decreciente: Las dificultades en la escuela pueden estar relacionadas con problemas de visión si el niño no puede ver claramente lo que está en la pizarra o tiene problemas para leer.

    6. Desviación de un ojo: Si un ojo se desvía hacia afuera o hacia adentro, podría ser un indicativo de estrabismo, lo cual puede afectar la visión y requerir corrección.

    7. Guiñar o cerrar un ojo: Guiñar un ojo al mirar objetos lejanos o durante actividades que requieran enfoque visual puede ser señal de que el niño está tratando de compensar una visión deficiente monocular.

    8. Dificultad con la coordinación mano-ojo: Problemas para atrapar una pelota, dibujar o realizar actividades que requieran precisión pueden deberse a problemas de visión.

Si observas alguno de estos signos en tu hijo, es recomendable programar una cita con nosotras para una evaluación detallada.

Lo ideal es realizar la primera revisión a los 6 meses de edad y, en su defecto a los 3 años, antes de comenzar la etapa escolar. Sin embargo, si hay antecedentes familiares o señales de alerta, puede hacerse antes.

Frotarse los ojos con frecuencia, acercarse mucho a pantallas o libros, torcer un ojo al mirar o tener bajo rendimiento escolar pueden ser indicios de un problema visual.

No. Es un síntoma que puede indicar un problema de enfoque o coordinación ocular. Se recomienda una revisión optométrica específica.

Muchísimo. Más del 80% del aprendizaje es visual. Un problema no detectado puede dificultar la lectura, la escritura y la concentración en clase.

Una vez al año, incluso si el niño no presenta síntomas aparentes. La detección precoz es clave para prevenir problemas futuros.

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¿Qué opinan nuestros pacientes?

Nos enorgullecemos de ofrecer servicios excepcionales de optometría infantil

Familia Rodriguez
Desde nuestra primera visita, el trato ha sido excepcional. Nuestro hijo ha mejorado un montón su visión gracias al tratamiento personalizado que está recibiendo. ¡Recomendamos Ana Blanco sin dudarlo!
Lucía M.
La atención y cuidado que mi hija recibió en esta consulta de optometría pediátrica fueron más allá de las expectativas de mi marido y mías. Ana Blanco es una verdadera experta en salud visual infantil.
Carlos y Sandra
¡Excelente trato! Ana hizo que nuestro pequeño se sintiera seguro y cómodo durante todo el proceso. Estamos muy agradecidos por el apoyo y la orientación profesional. Sin duda nuestra óptica para siempre.
Marta R.
Encontrar un optometrista pediátrico de confianza fue lo mejor que nos ha pasado. Ana, no solo es una profesional como la copa de un pino, sino que también se preocupa por el bienestar de los más peques.